jueves, 26 de abril de 2012

Charlotada de Parma o dicen que jura y jura

Esto es lo que dicen que ha jurado el borbonico mozo

YO, CARLOS JAVIER

LEGÍTIMO DESCENDIENTE DE LA DINASTÍA CARLISTA
DUQUE DE MADRID, DUQUE DE PARMA Y GUASTALLA

BAJO LA SOMBRA DEL SAGRADO MONTEJURRA
Y DELANTE DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE IRACHE
DONDE TANTAS VECES REZÓ NUESTRA ANTEPASADA LA REINA MARGARITA

Y APOYANDO MI MANO DERECHA SOBRE LOS SANTOS EVANGELIOS
JURO GUARDAR Y HACER GUARDAR LOS FUEROS DE NAVARRA SIN QUEBRANTAMIENTO ALGUNO
MEJORÁNDOLOS SIEMPRE Y NUNCA EMPEORÁNDOLOS

Y QUE TODA TRANSGRESIÓN A ESTE JURAMENTO SERÍA NULA DE NINGUNA EFICACIA Y VALOR

En el Monasterio de Irache a 17 de marzo de 2012.

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Como ha escrito alguien mucho ducado...y poco doblon añado yo.

Porque la jura foral no es posible sin pueblo y lo de ahora son solo curiosos, desocupados y aspirantes a Reales Conductores de Taxi Monarquico. Dicen que contando a todos habia 24 de longeva edad y perros aparte. Como el señor Duque es un pillin lanza parte de sus titulos ducales pero se calla otras cosas para  que no se moleste el Lector de Zarzuela, o sea, no reclamante o en su caso y ocasion reclamante con la boca pequeña no sea que se escandalice alguien de tales pretensiones. Y ademas los titulos italianos para que quede la cosa mas española aun.

Con tales Borbones de Parma reconquistaremos las Malvinas para España, y para REPSOL naturalmente.

Pobre Partido Carlista mas perdedor que el Barsa con el gol del FEDERAL cuya noticia de portada nos dicen que es de interes para los carlistas. Pues que bien ¿No?

Esta semana volvere a leer a los Marx, es lo menos.


La izquierda no puede ganar

LA IZQUIERDA NO PUEDE GANAR

España es conservadora y siempre lo fue. La carreta siempre ha ido despacio y todos los intentos por acelerar han concluido por ensangrentar las calles tras la ruina de Austrias y Borbones y los breves interregnos republicanos, acogidos cada vez con esperanza, han sido victimas de la intransigencia y las divisiones perpetuas. La izquierda creyó una vez más en los 70 que se abrirían las avenidas de la democracia. Lo que se encontró fue un nombre viejo con muchedumbres de aluvión, única marca reconocida y promovida por los herederos democráticos de Franco y ese fue el verdugo de la izquierda en colaboración con los Tiernos y Carrillos de turno. Nunca se ha levantado cabeza.

Pero admitiendo esto, que es la realidad y más en el desierto popular, quizá haya que cambiar de táctica. Quizá no haya que gastar tanto esfuerzo en elecciones injustas, porque la cuestión para los socialistas no es ganar elecciones en el fondo sino que seria más bien la creación de una cultura. El Carlismo en tiempos tenía una cultura en sus sedes y en sus actuaciones, hoy perdida. El próximo Congreso del Partido Carlista es una excelente oportunidad para marcar un hito y decidir dos cosas, que nuestro socialismo no puede ser borrado como seña de identidad hoy y que nuestra actuación no puede ser hacer unas listas electorales periódicamente y difundir mínimamente las excelencias de nuestra ideología.

Ninguna izquierda digna de tal nombre puede ganar en el sistema tramposo que padecemos y que, entre otros males, propicia la corrupción de las listas cerradas que marcan los partidos.

Hacer cultura política es hacer carlismo. Hagámosla.

Carlismo y República, opcion de futuro

Publicado en Madrid Carlista, órgano oficial del PCM 

JAIME III y LA II REPUBLICA
. EL ACCIDENTALISMO
No solo monarcómanos confesos de dentro y de fuera sino también republicanos foráneos se asombran o cuestionan cuando se habla de que el Partido Carlista es ACCIDENTALISTA en cuanto a la forma de gobierno, y plantean el simplista argumento "entonces ¿cómo os llamáis
Todo en el Carlismo tiene sus antecedentes –¡es tan prolongada y rica su historia!- y también con el Accidentalismo pueden encontrarse. En primer lugar hay que recordar que para el Carlismo es fundamental el protagonismo popular y, por lógica traslación, de la entera militancia del partido. Es esa militancia la que libremente protagoniza la historia y el futuro del centenario movimiento. Un protagonismo que ya apuntó el mismísimo Carlos VII en su Testamento cuando más que establecer recordaba que
Esa misma fundamental vinculación carlista con el Pueblo la tenía igualmente asumida el hijo y sucesor del anterior, Jaime III, y así se manifestaría en 1931 cuando en un Manifiesto hecho público el 23 de abril, pocos días después de la proclamación de la II República, mostraba su deseo de que respecto al primer gobierno provisional
Muchos años mas tarde, Carlos Hugo concretó aún mas la tesis de la no opción monárquica en el partido cuando en el documento (24 noviembre 1979) previo a su baja en el mismo, y tras afirmar que el partido no plantea
La accidentalidad, la no asumida defensa de un determinado sistema institucional para el Estado y el respeto absoluto a la voluntad popular, quedaba ya así establecida en la praxis y en la propuesta política del Partido Carlista, por lo que fue aprobada congresualmente, y sucesivamente ratificada. La última vez en el XII Congreso de 2008:
carlistas?", pregunta que la reacción hace con evidente intencionalidad, y el resto con lógica curiosidad. Pero es que el apelativo carlista ha trascendido en el tiempo y los condicionantes institucionales para quedar como clara y -¿por qué no?- orgullosa marca de identidad y lealtad a toda una historia de sacrificios y entrega a unos ideales de Justicia para todos y de defensa de derechos individuales y de los pueblos, de cualquier pueblo. "la dinastía de mis admirables carlistas, los españoles por excelencia, no se extinguirá jamás", con lo que prescindía para la Causa la inevitabilidad dinástica y, por ello, la fatalidad institucional monárquica. "los míos apoyen su actuación", invocando la necesidad de convocar unas "Cortes generales constituyentes", recordando que "Uno de los principios esenciales de nuestra actuación en los últimos años ha sido precisamente reclamar la convocatoria de estas Cortes libremente elegidas", con lo que hacía una autentica declaración de fe respecto a no empecinarse en la restauración de monarquía alguna, sino dejar a la ciudadanía que por los legítimos cauces democráticos eligiese el marco institucional que mas creyera convenirle; hasta la bandera del Estado, sus colores, los dejaba a elección popular mediante "un plebiscito". Es también en ese documento fundamental cuando Don Jaime formula la concreción actual de nuestro foralismo: "el fundamental objeto de nuestra política realizar la federación de las distintas nacionalidades ibéricas". "ningún problema dinástico ni monárquico", añadía en exposición justificativa y explicativa que "en un partido democrático y socialista como el nuestro, un puesto de dirección nunca puede tener carácter vitalicio", lo que constituía una definitiva (fue su último documento político) y directa referencia a la ya nula vigencia de la predeterminación sucesoria monárquica. "El Partido Carlista es accidentalista en lo que respecta al binomio monarquía/república. En todo caso, el Partido Carlista pone por encima de cualquier otra consideración el principio de elección democrática directa (referéndum). El Partido Carlista considera que, siendo importante decidirse sobre una forma institucional u otra, todavía es mas importante asegurarse de que la democracia penetra en todo el edificio institucional y que la jefatura del estado obedece a este principio democrático y, a su vez, proyecta en sus relaciones con el Estado y la Sociedad ese mismo principio democrático".